Actualmente, sólo se reciclan de forma adecuada el 15% de los teléfonos móviles tras su uso. ¿Qué pasa con los demás? Según un estudio de la Unión Europea, en toda Europa hay unos 700 millones de smartphones que no se sacan de un cajón… Por si fuera poco, muchos de los que se desechan, terminan en un vertedero donde se acumulan o incineran.
¿Cuál es el problema? Si tiramos un smartphone que no se haya tratado antes, contamina el suelo a largo plazo, perjudicando al ecosistema del lugar y afectando negativamente a la salud humana.Por esto, es mucho mejor darle una segunda vida a los móviles.

Un teléfono no reciclado es una fuente de contaminación dañina para el agua, el suelo, la biodiversidad y la salud humana. Por ejemplo, la batería de un teléfono puede contaminar hasta 600.000 litros de agua a causa de los materiales tóxicos.
Si reciclas un smartphone, estarás contribuyendo a que se reutilicen los metales del mismo para fabricar otros aparatos electrónicos o eléctricos. Por otro lado, se evita la generación de residuos tóxicos.
Deja tus comentarios aquí :)