Las fundas Pela se fabrican en Saskatoon (Canadá), colaborando con agricultores locales, a partir de una mezcla de biopolímeros (40%) y lino de los prados canadienses (60%). Están diseñadas para ser resistentes, ligeras y 100% compostables, sin rastro alguno de plomo, cadmio, bisfenol A, ni ftalatos. La primera ventaja es que son menos contaminantes que las fundas de plástico —que tardan siglos en degradarse en microplásticos nocivos— y la segunda, es que ofrecen a los agricultores la posibilidad de vender la paja de lino en lugar de quemarla. Además, para su venta no se embalan con plástico, sino con una funda de papel que cuenta con la certificación FSC.
Cuando una funda Pela llega al final de su vida útil, puedes compostarla o devolverla directamente a Pela, que la reutilizará como materia prima para fabricar nuevas fundas.
Además, Pela es miembro de la organización 1% For the Planet, a través de la cual financia proyectos de preservación y restauración medioambiental en todo el mundo, con un importe que alcanza hasta el 1% de su facturación.
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