No, en Back Market no tenemos (todavía) aviones reacondicionados, pero en lo que respecta a drones, sí, de eso sí que tenemos ya. Volar un dron es una pasada, sí, pero cuidado, porque antes de lanzarte a la aventura, deberías conocer un buen número de reglas para hacerlo con total seguridad.
Precisamente, la nueva normativa entró en vigor el pasado 30 de diciembre de 2017 y, por si acaso te perdiste las novedades entre tanta uva y tanto festejo, hemos decidido desgranarte la legislación aplicable a los drones. Aquí la tienes ¡made in Back Market! (bueno, bueno, más bien, made en la DGAC, la Dirección General de Aviación Civil, pero era solo por intentarlo)
1. No se pueden volar drones sobre reuniones de personas al aire libre
Eso es, a no ser que pesen menos de 250 g y siempre y cuando lo hagan a menos de 20 m del suelo. El dron se podría caer o podrías perder el control de la trayectoria (por el viento, por supuesto, no por tu falta de talento como piloto, eso está claro) y herir a alguien. El dron puede ser también peligroso por las hélices o, simplemente, su peso (¡ay!). Y claro, ya lo habrás deducido tú mismo: también está prohibido volar drones sobre ciudades.
2. Hay que respetar la altura de vuelo máxima permitida para los drones.
Recuerda el número mágico: 120. La altura máxima permitida, en general, es de 120 metros. Así que, incluso si tu dron puede volar muy por encima de este límite, está prohibido, punto. Seguro que tu coche puede alcanzar velocidades por encima de los 120 km/h, pero (normalmente), no pasamos de esa velocidad máxima en .
3. Hay que mantener el dron siempre a la vista y, por extensión, no utilizarlo nunca de noche.
Si lo pierdes de vista, de día o de noche, también pierdes su control y a saber lo que puede pasar: cualquier cosa, por loca que parezca, desde encontrarse con un grupo de alienígenas invasores hasta ser secuestrado por la mafia. Y, aparte de eso, lo más importante es que el dron podría terminar chocándose con una persona o un obstáculo y hacer mucho daño o causar desperfectos.
4. Tampoco puedes volar tu dron en zonas sensibles o protegidas.
Infórmate bien y hazte el listado de lugares de este tipo que tengas cerca. Podría ser una central nuclear, un espacio militar o, simplemente, el Área 51 (pista: algún lugar en el desierto de Nevada), etc.
5. Es obligatorio respetar la intimidad de los demás.
¡Totalmente prohibido espiar a los vecinos mientras se bañan en la piscina!
6. No se pueden difundir imágenes de personas o espacios privados sin su autorización.
Corolario de la regla número 5: si, por lo que fuera (*wink* *wink*), resulta que has grabado con la cámara del dron al señor y la señora Tal, digamos… en plena partida de Monopoly, por ejemplo, tendrás que conseguir su autorización antes de lanzarte a inundar la red con tu obra maestra, ya sea con fines comerciales o no.
7. Prohibido también utilizar drones cerca de aeródromos, aeropuertos y espacios aéreos protegidos.
A ver, olvídate de los Héroes del cielo, ya va siendo hora…
8. Tienes que ser consciente de las condiciones para las que estás asegurado en caso de daños causados por tu objeto volador.
Aunque no es obligatorio para usos recreativos, sí es recomendable contar con un seguro de responsabilidad civil. Piénsalo antes porque, después, ya será demasiado tarde para contratar un seguro complementario en el caso de que el tuyo no cubra el vuelo de drones recreativos.
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