Por alineamientos varios de planetas, me ha tocado viajar mucho este año. En uno de estos vuelos intercontinentales tuve una revelación vital que he decido compartir en el blog de Back Market.
Volando voy.
Contexto: dos horas largas después de haber subido. Ya he revisado de arriba abajo lo que hay en cartelera en el minicine del asiento, visitado el baño, paseado por el pasillo con la GoPro haciendo el canelo y revisado varias veces lo que queda de viaje (11 horas, 10 horas y media, 10 horas…) hasta que por fin llega. Ya viene: EL CARRITO. Elijo feliz mi menú y me abalanzo sobre el picnic que, ¡oh, misterio!, nunca sé si se convalida por la cena, el almuerzo, el desayuno o todo en uno en el horario de destino… Total, me entretengo un rato haciendo el unboxing de la comida (sería para hacer un expectativa-realidad, este asunto) y su posterior cata.
¿Volando reciclo?
Cuando el personal de vuelo pasa de nuevo para recoger las bandejas, reparo en algo que no me deja muy contenta: todo estaba embalado y todo se tira. Todo. Todas las box de los unboxing. Todos los envases de cada plato, pan, azúcar-sal-cubiertos, mantequillita pá los guiris, ¡incluso el agua viene en un recipiente! Todo a la misma bolsa de basura y casi todo de plástico. ¿Cómo es posible que en 2018 esto siga pasando? Debe ser enorme la cantidad de residuos que se generan en el mundo de la aviación, pero ¿de verdad no se pueden ahorrar desechos al menos en el catering?
Me pongo seria. Calculadora en mano: 7 envases por pasajero (se lo coman o no) x 208 pasajeros de un Airbus 330-200 = 1456 envases por vuelo.
Si cada día hay más de 180000 vuelos, por mucho que no todos incluyan catering, la suma es… bomba (esto no es de calculadora).

Life Zero Cabin Waste
Investigando sobre el asunto, he llegado al proyecto “Life Zero Cabin Waste” . He podido interrogar a Gonzalo Blanca Alcubilla, investigador de la Cátedra UNESCO y miembro del equipo que desarrolla este estudio, al que describe como”un proyecto co-financiado por la Unión Europea con el que se pretende mejorar el sistema actual de gestión de los residuos de catering en aviación producidos durante el vuelo. Mediante la implantación de métodos alternativos a los actuales, reduciendo la cantidad de residuos que acaban en vertedero y por lo tanto reduciendo la huella de carbono del sistema.”
La idea a partir de tres líneas que mejorar en esta industria: primero, el gran volumen de residuos de catering generados en el sector de la aviación, segundo la cantidad de los mismos que no son reciclados y terminan en vertederos y, por último, la elevada huella de carbono de la gestión de éstos, ya que pasan el resto de sus días liberando gases de efecto invernadero.
“A nivel mundial, se generan aproximadamente 7.000 millones de toneladas al año de residuos de catering en el sector de la aviación. Esta cantidad es similar a los residuos producidos en el hogar que generarían 14 ciudades como Barcelona. (…) Aproximadamente el 80% de los residuos generados acaban en vertedero tal y como manda la normativa europea.” detalla G. Blanca Alcubilla.

Una nueva forma de viajar
Para 2036 se espera que se duplique la cantidad de pasajeros anuales actual. Viajar en avión se ha convertido en algo cada vez más asequible debida a la amplia oferta de horarios y destinos, así como a los bajos precios de las compañías lowcost. Si los números ya son alarmantes, está claro que las compañías deberán no sólo concienciarse, sino pasar a la práctica lo antes posible. Uno de los aspectos claves del Life Zero Cabin Waste, es que involucra en el desarrollo del proyecto a empresas implicadas en el prcoeso, acelerando de este modo la puesta en práctica de las conclusiones de la investigación. Como nos explica el propio G. Blanca Alcubilla:
“En este proyecto colaboramos con Iberia, Ferrovial, Gate Gourmet, Ecoembes y la Cátedra UNESCO de Ciclo de Vida y Cambio Climático ESCI-UPF; que es desde donde estoy realizando los estudios ambientales a la par que mi doctorado. (…) Actualmente medidas como la separación de los residuos en vuelo se realiza en vuelos de corto y medio alcance, y se implantará en la totalidad de vuelos a final del proyecto.
El proyecto es ampliable a otras aerolíneas, sobre todo en aerolíneas europeas ya que la legislación aplicable es la misma. Por otro lado, en el caso de vuelos internacionales, un cambio legislativo es necesario para poder aplicar el sistema de gestión alternativo que proponemos.”
Esperemos que tenga repercusión pronto o habrá que empezar a ir de tupperware a los vuelos largos para no ensuciar tanto…
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