En 2017, Apple se renovó con el iPhone X, marcando así la nueva línea de diseño para los modelos posteriores. El iPhone XS y el XS Max, el iPhone XR e incluso los recientes iPhone 11, 11 Pro y 11 Pro Max han adoptado igualmente el diseño de una pantalla sin bordes, el uso de materiales más nobles e incorporan la tecnología del Face ID. Puede que la apariencia no haya sufrido grandes cambios, pero cada nuevo modelo viene con sus novedades. Este es también el caso del iPhone XS: mejoras en el rendimiento, mejores fotos y reducción de su huella ecológica. De entrada, pinta interesante…




70% Emisiones de CO2: 3/5
Con 70 kg de CO2 emitidos por cada smartphone fabricado. En esto, es mejor que el iPhone X (79 kg), que no era el mejor de la clase en esto, pero peor que el XR (62 kg) o que el iPhone 8 (57 kg).
80% Consumo de energía: 4/5
El chip consume menos energía que el del iPhone X. Aquí se ve que sí que han hecho un esfuerzo.
80% Materiales utilizados: 4/5
Los 54 g de acero inoxidable, el material reciclable por excelencia, son una mejora, como se hace también en el X, y viene con 2 g menos de plástico con respecto al X.
70% Posibilidad de repararlo: 3/5
La reparación de la pantalla y de la batería sigue siendo una opción. Pero, hay que disponer de destornilladores específicos para desmontar el dispositivo y hay que sustituir siempre toda la carcasa si se rompe el vidrio.
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